En la actualidad, muchas organizaciones están buscando formas de mejorar su productividad mediante la adopción de prácticas ágiles de trabajo. Según las estadísticas, ocho de cada diez compañías utilizan Scrum, seguido muy de cerca por Kanban. Además, una de cada cuatro organizaciones afirma que entre el 26% y el 50% de la organización está trabajando ya con prácticas ágiles.
El enfoque ágil se basa en los cuatro valores ágiles del manifiesto, junto con doce principios de apoyo. Sobre la base de estos valores y principios, se han desarrollado numerosos marcos de trabajo, que van desde Scrum y Kanban hasta SAFe, LeSS y el modelo Spotify.
Curiosamente, el 77 % de los encuestados informaron que utilizan principios y enfoques ágiles dentro de sus unidades de negocios, lo que indica una clara señal de la adopción de Agile fuera de las funciones de TI. Esto significa que la adopción de Agile ya no se usa exclusivamente en funciones de TI; se está extendiendo a otras áreas comerciales de organizaciones. Realicé un post de libro que me gustó mucho y donde explican como la agilidad se puede usar en diversos rubros: nataliabejar.com/proyectos/11-pasos-para-iniciar-la-implementacion-de-scrum/
Estos desafíos pueden ser comprensibles y lo he visto en diversas empresas, dado que muchas veces existe una idea errónea sobre lo que implica ser ágil. Las implementaciones ágiles no se tratan simplemente de hacer las cosas más rápido o de utilizar herramientas como Jira o Trello. En cambio, requieren un cambio de mentalidad y un enfoque diferente hacia el trabajo.
La adopción ágil implica una planificación cuidadosa, una mayor colaboración entre los equipos y la adaptabilidad en un entorno en constante cambio. Requiere que los empleados estén dispuestos a dejar de lado los viejos modelos y enfoques de trabajo y estén abiertos a la experimentación y al aprendizaje continuo.
Es importante educar y capacitar a los empleados sobre los principios y valores clave de la agilidad, para que comprendan que se trata de más que simplemente hacer las cosas más rápido. Se trata de entregar valor de manera incremental, buscar la retroalimentación constante de los usuarios y adaptarse rápidamente a medida que se aprende más sobre el objetivo final.
Al superar estos desafíos y fomentar un cambio de mentalidad, las organizaciones pueden lograr una adopción exitosa de prácticas ágiles y disfrutar de los beneficios de una mayor flexibilidad, productividad y satisfacción del cliente.
Estos hallazgos son consistentes con nuestra experiencia de que la disponibilidad de recursos con experiencia en entrega Agile es uno de los 3 principales desafíos para las organizaciones que actualmente se encuentran en un piloto Agile o que recién comienzan su transformación Agile. Además, el 45% de las organizaciones dice que Agile es muy difícil en un entorno subcontratado. Hace un par de años, este tema fue desafiante en una consultoría que realizaba, algo que me sirvió fue aprender de “contratos ágiles” con un profesor de la India, escribe en los comentarios si quieres que detalle más de este tema.
Por lo tanto, aunque muchas organizaciones están adoptando prácticas ágiles de trabajo, todavía hay desafíos que deben ser superados para poder implementar con éxito un proceso ágil en una organización.
El cambio organizacional puede encontrarse con resistencia, temores y obstáculos en el camino. Por eso, contar con un apoyo sólido de la alta gerencia es esencial para superar estos desafíos. La alta gerencia puede brindar la visión, recursos y el respaldo necesario para implementar con éxito las prácticas ágiles.
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